Si los países tuvieran personalidad, me caería genial Portugal.
Si diese la vuelta al mundo, pasaría una y otra vez por Italia.
Si viviese en otro país sería delante de turquesas aguas griegas (en una isla bonita, tonterías las mínimas).
Y si volviese a mi juventud, le pediría una segunda oportunidad a mi profesor de filosofía. Él, que tras sus gafas de pasta negra, su espesa barba, y que mientras preparaba tabaco para su pipa (sí, en el Pleistoceno aún se fumaba por los pasillos de clase) me miraba con cara de pocos amigos por despreciar a Séneca, poner cara de asco a Pirrón y aprobar por los pelos en septiembre.
En la última
newsletter redimí un par de pecados griegos. Si mi antiguo profesor estuviese suscrito se hubiese dado cuenta de los 180 grados de la alumna que miraba las musarañas mientras él hablaba.
Porque hasta para crear un proyecto de ventas debes hacer caso de las palabras de un filósofo, y si es el escéptico Pirrón más.
Entre Pirrón y yo (más él) te hablé sobre el poder de la experiencia y te aconsejé cuál era la clave de los puntos de dolor, dónde y cómo podías averiguar los de tu potencial cliente, pero con sus ejemplos y todo.
Si es que soy pan bendito con aceite de Antequera.
Llegar hasta el amigo Elon también fue un dolor, pero es que quise comentarte algo importante del documental de Netflix, tan estelar y grande como su ego.
Y es que caer y levantarse es la norma del emprendedor, con una diferencia, a él le da igual la cuota de autónomo.
Esta semana una seguidora
me ha dicho que lee lo que publico en Instagram, que no se pierde ni un solo vídeo de TikTok de las historias, pero me sigue por el collage, porque no se entera a lo que me dedico.
El corazón partío. No desisto y casi le he digo que se suscriba a la newsletter (soy una urraca de la suscripción).
Un no seguidor y yo
hemos tenido un intercambio de mensajes en Instagram tan bonitos, que me ha unido los cachitos de mi corazón roto de copywriter.
“Cómo se nota que eres copy, solo alguien de esta profesión se fijaría como tú en estos especiales detalles”.
La semana
no ha estado mal del todo porque el copywriting se aplica en:
- Tú página de ventas para el servicio que quieres lanzar.
- Las palabras que se utilizan para que tu futuro cliente conozca a quién le va a comprar al leer tu Sobre mí.
- En la newsletter que envío con la voz de tu marca a tus suscriptores.
… y en un tuit, en los textos de Instagram (aunque lleguen con fotomontaje) y a la hora de decirte que lo mejor puedes hacer por tu proyecto es aplicar copywriting.
Suscríbete, vas encontrar storytelling, consejos sobre copywriting sin una pizca de aburrimiento, aunque te hable sobre ventas.
P.D.: Escribo yo mucho sobre Elon, si es que le tengo envidia por ser tan listo e inteligente, ah sí, también está el asunto del dinero. Envidia, pura y antipática envidia.