El mundo es un pañuelo y está lleno de mocos.
Con esta frase acabo de destrozar una de esas 𝗽𝗮𝗹𝗮𝗯𝗿𝗮𝘀 que de tanto usarlas te olvidas de su importancia.
La palabra mapa viene del latín mappa, algo así como esquema, lienzo o pañuelo, de ahí lo de los mocos.
Lo sé, no hay excusa.
La cartógrafa Andrea Zucas, que sabe de esto un rato, dice que lienzo es la palabra con la que se lo ha descrito más veces, pero aún siendo una palabra tan importante, durante mucho tiempo al mapa se la llamó de diferentes formas.
Tabla, carta… descripción.
Y es que también se referían a los textos que describían las características de un territorio.
Porque como decía Zucas, con tanta información y tanta accesibilidad, es necesario tener los recursos correctos para canalizarlos de forma adecuada.
Yo, que me pierdo en cada esquina y no sé ni leer ni el mapa de Google, nunca fui muy mala del todo en geografía y en la descripción de cada trozo de tierra.
Por eso es importante tratar a los proyectos como lienzos y que no tengan ni un solo moco y si muchas palabras enfocadas a lo que interesa a un negocio.
Espero que durante estos días, mientras esquivas la pedazo de cabeza del flotador de unicornio, estés siguiendo con interés cada domingo la información para aplicar en tu proyecto en septiembre.
Y si aún no es así, bájate un momento de la barca hinchable y suscríbete.
Storytelling desde un aguacate flotador con consejos para aplicar a tu negocio.
𝘗.𝘋.: Si existe un libro que solo las prehistóricas conocemos, es el Atlas de geografía. El mío de color verde lo puse hace poco en el banco exterior de una tienda de segunda mano y que supongo fue directo a algún contenedor.