Ayer fue el día de las matemáticas 🤯
Y ayer oí hablar por primera vez a Alberto Martín.
Lo escuché atentamente sin saber por qué, porque no me gustan las matemáticas. Nada. Nula. Torpe. Un 0 a la izquierda.
Alberto es un profesor de matemáticas un tanto peculiar. Tanto que se denomina, mentalista matemático.
Ayer se fue hasta un colegio de Madrid a explicar por qué son importantes las matemáticas con la práctica de un ejercicio un tanto particular.
Cada estudiante con una calculadora.
A partir de sus indicaciones, sumas, restas, Alberto fue acertando fechas que en un principio solo saben con seguridad las madres y padres de los estudiantes.
Iba conduciendo mientras lo escuchaba por radio, y no me di cuenta que me había quedado parada en un semáforo hasta que, con toda la paciencia del mundo, la señora del coche de atrás me dijo, «vamos, hija, vamoooos», a todo pulmón mientras llovía a mares.
Lo que me paró en seco fue que el profesor a partir de los números que salían de la calculadora de cada estudiante, supo el día del nacimiento de cada alumno.
En número y en día de la semana.
Muerta me quedé, y eso que no sé si se parece al rubiales mentalista de la serie.
Cuándo la periodista del programa de radio le preguntó si es posible que cualquiera tenga la capacidad para este estado de «mentalismo», él contestó,
» Aunque se lleve innato, y te guste, como es mi caso, todo lo demás es el resultado de una misma cosa, la constancia».
Y ha seguido con sus números.
Porque si las matemáticas son poder, ser constante en lo que vas a realizar lo es aún más.
Ohh, nuestra amiga la constancia. Para emprender, para comunicarte con tu cliente, para vender tu producto o servicio.
Yo soy constante cada semana en enviarte un email dónde el storytelling es el protagonista para contarte como al utilizar las palabras necesarias, un negocio puede conseguir su objetivo, que le salgan los números, y venda.
¿Te unes?
P.D.: Si dónde lees constancia piensas, que pesaíta que eres, Mari, lo mismo es que no crees en el poder de la comunicación para la venta… o también puede ser que ya no haya café dominguero sin correo en mano sobre copywriting.