¿Te has enganchado alguna vez a un hilo de Twitter?
Yo recuerdo uno de hace un par de veranos sobre una historia inventada de intriga que nos tuvo a tanta gente siguiendo las pistas del protagonista que hasta fue noticia de informativos.
Estos días encontré un pequeño tesoro de hilo tuiteriano.
Un chico descubrió en un bazar de venta de especias un rincón un tanto peculiar.
Una tienda dentro de un mercado dónde el dueño vendía tan poco que iba a trabajar porque se sabía el camino.
Tal cual. Nada.
Bueno, nada no.
El dueño del puesto lo tenía tan bonito y colorido que hordas y hordas de gente como yo, que soltamos el bocadillo de jamón por hacer una foto y subirla a Instagram, lo tenían agobiaíto perdío.
El buen hombre cansado de no vender ni una ramita de romero decidió vaciarlo por completo y hacerlo tal cual a la vista, pero sin nada real.
En plan escenario de Indiana Jones.
Como los libros de las bibliotecas de mentira en versión batiburrillo bazar turco.
Dejó de vender infusiones para el dolor de barriga y comenzó a vender fotos de su tienda-no-tienda.
¿Quieres hacer foto? Paga.
¿Foto delante de esa preciosidad de colores de mentira? Paga.
¿Quieres ser la envidia de tu cuñado en Instagram? Paga.
Cambió de estrategia de ventas.
Un nuevo producto, el que buscaban, al clic de una foto.
Todo un señor emprendedor (con muchas dotes para las ventas y la decoración).
Observa, escucha y conoce a tu cliente.
Yo quiero conocerte, ¿comenzamos por la suscripción a la newsletter?
𝘗.𝘋.: Si quieres leer el hilo completo en Twitter la historia original es de:
es @_monchi_