Esto es una cuenta sobre copywriting.
Ya sabes, dónde cada semana doy la tabarra sobre lo bueno que es copywriting.
Sobre el oficio de vendedor que escribe las palabras de un negocio (esta frase no es mía, qué más quisiera yo).
Y todo eso.
No sé si he dicho bastantes veces lo que es el copywriting, pero pocas veces digo lo que no es.
No es copywriting poner un botón de llamada a la acción que no la reconozca ni su padre el día de la cena de Navidad. Porque querer ser más creativo que nadie no significa escribir algo en un botón y que el potencial cliente se quede en potencial porque duda si darle porque ¡A ver lo que va a salir de allí!
No es copywriting escribir una historia en la 𝗻𝗲𝘄𝘀𝗹𝗲𝘁𝘁𝗲𝗿 de tu proyecto.
Es hacer 𝘀𝘁𝗼𝗿𝘆𝘁𝗲𝗹𝗹𝗶𝗻𝗴 que cree interés para que tu suscriptor quiera seguir leyendo hasta dar al botón de llamada a la acción (uno que se entienda) y quiera saber más y más, hasta comprar.
(Y sí, lo confieso, no siempre se consigue)
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P.D.: Hoy el microrrelato va a toda leche, lo sé, pero la semana ha sido un cohete interstellar.