Estoy en el camino de la experiencia.
El camino que hay hasta llegar a casa con nuevos proyectos.
Uno de estos negocios, que abren cada vez más, es el de las empanadas argentinas. Pasar por varias de camino a casa me está convirtiendo en experta (creo) y en culona (seguro).
Hablamos el mismo idioma y nos entendemos. Ellos venden empanadas, nosotros les pedimos y compramos, empanadillas.
Cada día paso por varias, pero hay una que es diferente.
Pasaba, frenaba el paso, miraba el escaparate, leía y no entraba. Así durante un tiempo.
Si tardé más en entrar, aunque me paré más veces en el escaparate, fue porque desde el exterior era muy bonito. Madera, minimalista, blanco, cristal… pero ¿ahí dentro qué se cocía?
¿Venta de sillas y mesas nórdicas? ¿lámparas de mimbre? ¿viajes a Ibiza?
El día que entré, me explicaron que tardaron en reaccionar que el público de esa zona no estaba preparado para ese tipo de local.
Y que después de un tiempo de prueba y error, la mayor parte de sus ingresos eran online, reparto a domicilio.
✂️____________________________________
A veces nos empeñamos en crear algo que nos gusta sin pensar si va a gustar a los demás.
Y con los demás me refiero a tu potencial cliente.
𝗘𝗹 𝗲𝘀𝗰𝗮𝗽𝗮𝗿𝗮𝘁𝗲 𝗵𝗮𝗰𝗲 𝗾𝘂𝗲 𝘀𝗲 𝗽𝗮𝗿𝗲𝗻 𝗲𝗻 𝘁𝘂 𝗻𝗲𝗴𝗼𝗰𝗶𝗼, 𝗽𝗲𝗿𝗼 𝘀𝗶 𝗻𝗼 𝘀𝗮𝗯𝗲𝗻 𝗻𝗶 𝗹𝗼 𝗾𝘂𝗲 𝘃𝗲𝗻𝗱𝗲𝘀 𝗻𝗼 𝗲𝗻𝘁𝗿𝗮𝗻.
𝗦𝗶 𝗻𝗼 𝘁𝗲 𝗱𝗶𝗿𝗶𝗴𝗲𝘀 𝗮 𝘁𝘂 𝗽𝘂́𝗯𝗹𝗶𝗰𝗼 𝗼𝗯𝗷𝗲𝘁𝗶𝘃𝗼, 𝗻𝗼 𝘃𝗲𝗻𝗱𝗲𝘀.
Cada domingo te llega una preciosísima newsletter que escribe esta forofa de las empanadillas argentinas con consejos sobre como llegar hasta tu potencial cliente.
Ya sabes, copywriting para que vendas tu producto o servicio de tu proyecto online.
𝘗.𝘋.: De curry, de champiñón y queso, caprese, espinacas y hasta de pera caramelizada con queso camembert… ya verás tú los pantalones.